Isla Española.

El albatros de las Galápagos es la estrella de isla Española. 

Temprano en la mañana, por fin, después de varios días ocupado en explorar la isla de San Cristóbal sólo para hacer tiempo a que un lunes, el 9 de octubre de 2.017, partiera uno de los pocos tours que se hicieron en esa época de baja afluencia turística en dirección a la isla Española, pude partir en una lancha rápida que hizo el recorrido en casi tres horas hasta arribar a este destino

Entrada al sendero de la isla Española tras desembarcar en Punta Suárez.

Dicen de isla Española que es de las más espectaculares de las Galápagos, y doy fe de ello. Cuesta llegar hasta ella, pero para los amantes a la naturaleza y la vida salvaje merece la pena el esfuerzo.

En la misma playa que nos recibe, ya se acercan numerosos animales a nuestro encuentro. Las pequeñas pero espectaculares lagartijas de lava dejan de perseguir las moscas que molestan tanto a lobos marinos como a las iguanas para investigarnos detenidamente, así como los sinsontes, conocidos aquí en las islas Galápagos como Cucubes. 

El sinsonte o cucube de isla Española ha desarrollado un pico diferente al del resto de las islas Galápagos. Es una subespecie que únicamente se encuentra allí.

Ave del paraíso avistada desde el sendero que conduce a los acantilados.

El ave más abundante y ruidoso de esta isla es sin duda el Alcatraz, o Piquero de Nazca, que anida directamente en el suelo y por todos los rincones de la isla.

La morfología de esta bonita ave es prácticamente la misma que la del Piquero de Patas Azules, tan apreciado por su belleza. Si bien éste no posee los tonos azules tan espectaculares en sus patas, en cambio la naturaleza le ha dotado de un curioso "antifaz" de color negro en la cara, que a juego con el color de sus alas, le proporciona también un notable porte.  

Durante la caminata por el sendero rocoso de unos dos kilómetros de longitud, tuve también la fortuna de sentirme observado por un Halcón de las Galápagos desde su nido, una especie endémica de las Galápagos que caza una variedad enorme de presas, tanto pequeñas, como insectos, hasta grandes, como cabritos.

Hasta llegar al final del sendero, que conduce a un mirador elevado desde un pequeño acantilado en el que se divisan miles de iguanas marinas que descansan entre los bufaderos de agua entre las recortadas rocas de lava, me pude entretener fotografiando a más de las curiosas y simpáticas lagartijas de lava que están por todas partes.

 Al llegar a este mirador encontramos ya podemos observar en vuelo, o flotando sobre el mar, al majestuoso ave, que sin duda es el reclamo principal para los que hemos venido hasta isla Española, el Albatros de las Galápagos.

Por el sendero que conduce hasta esta colonia única de Albatros de las Galápagos, ya habíamos descubierto a algunos de sus enormes polluelos que me dejaron impresionado por el descomunal tamaño que poseen.

Esta enorme ave, una de las más grandes del mundo y la más grande del archipiélago, cuyo peso puede llegar a sobrepasar los 5 kgs y su envergadura los 2.4 metros, es la única especie de Albatros que anida en Ecuador.

El Albatros está indefenso sin las corrientes de aire, ya que depente totalmente de los vientos alisios para trasladarse y alcanzar los lugares donde se alimenta.
Sin duda, al margen de la majestuosidad de este animal, lo más sorprendente y curioso es el ritual de baile y choque de picos que procesan entre ellos al reencontrarse, y es que estas aves son monógamas pero pasan largos periodos de tiempo separados en alta mar, hasta que regresan a esta isla para anidar.

Tres imágenes del ritual de cortejo entre los Albatros de las Galápagos.

Para terminar la jornada nos fuimos a realizar un nado a una zona de la isla donde se supone hay abundante vida marina, pero como esta siempre es impredecible, resultó ser uno de nos snorquels más aburridos que hice en todas las islas Galápagos. Y eso, claro, porque a ultima hora aparecieron unos lobitos marinos a jugar con nosotros, y a estas alturas del viaje, con únicamente dos islas exploradas, parecía que fuese algo de lo más normal.